Las rutas por el Biello Sobrarbe nos dirigen hacia el corazón de las Sierras exteriores entre las que destaca la Sierra de Guara. Pasaremos a contemplar paisajes totalmente diferentes de los que hemos podido encontrar en la alta y media montaña y donde la geología es responsable de sus valores: espectaculares cañones, mallos, pedreras, lapiaces y cavidades que salpican este espacio protegido que ha «sufrido» de forma sensible la erosión fluvial.
En muchas ocasiones son tierras cubiertas de escasa vegetación que se adapta a las diferentes condiciones climáticas. En los cañones se observan flores muy llamativas y numerosas plantas aromáticas, como el té de roca.
Y en las zonas húmedas aparecen juncos, espadañas, berros, ajos silvestres y la omnipresente lenteja de agua en las charcas. El árbol más representativo de la Sierra es la encina o carrasca.
Se ha convertido en el último refugio de muchas aves: quebrantahuesos, alimoches, milanos negros y reales, halcones peregrinos, cernícalos, águilas reales y perdiceras… Pero como lo que de verdad hay en el Parque es agua, no será difícil encontrar en los cauces truchas, barbos, cangrejos de río, tritones del Pirineo, ranas etc.
Es un mundo único por la belleza de sus gargantas y barrancos; de gran interés cultural por la riqueza de su patrimonio, sobre todo las pinturas rupestres; y paraíso de los deportes de aventura como el descenso de barrancos y la espeleología.
Más Información sobre el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.