ENTORNO NATURAL

PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO

En su origen, el Parque Nacional de Ordesa fue creado mediante Real Decreto el 16 de agosto de 1918 debido a diferentes circunstancias, pero sobre todo a la labor conservacionista y divulgadora de Lucien Briet y Pedro Pidal, que propiciaron la creación de uno de los primeros Parques Nacionales del mundo.

Fue ampliado el 13 de julio de 1982, pasándose a denominar Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y de las poco más de 2.000 Ha. con que contaba en su inicio se llegó a superar las 15.000 ha., extendiéndose también de este modo la protección al Cañón de Añisclo, al Macizo de Monte Perdido y a las Gargantas de Escuaín.

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El Parque constituye una unidad geográfica de primer orden, siendo el macizo calcáreo más alto de Europa. Levantado en la Era Terciaria sobre materiales calcáreos de origen marino, está presidido por las cimas de las Treserols Monte Perdido (3.355 m.), Cilindro de Marboré y Pico de Añisclo o Soum de Ramond, desde donde nacen los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín.

El modelado del relieve del Parque es el resultado de la acción de dos poderosos agentes erosivos: el hielo, de los grandes glaciares del Cuaternario, y el agua, elemento ligado a los karst (disolución de las rocas calcáreas) y a los cursos fluviales, tanto superficiales en ríos y barrancos, como subterráneos en pozos y galerías. Por ello nos encontraremos un paisaje de grandes contrastes: desde la extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, hasta el contraste con los verdes valles, cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos.

Sus valores naturales se complementan además por su vasta superficie forestal, con bosques de distintos tipos como pinares de pino silvestre, hayedos y abetales, y por la variada fauna de montaña que alberga. En ella merecen destacarse algunas especies endémicas, como la pequeña planta llamada oreja de oso o la rana pirenaica, descubierta recientemente para la ciencia.

Hoy en día además de estar integrado en la Red de Parques Nacionales españoles, forma parte de la Reserva de la Biosfera «Ordesa-Vignemale» y, junto con los circos glaciares de la vertiente francesa de los Pirineos, ha sido consignado como Patrimonio Mundial por la Unesco.